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El orgullo patrio

Si hay algo que sea característico, o mejor, diferenciador entre las culturas de los nacidos en Europa y los latinoamericanos, es su amor por su patria. El latino (ignoro si todos, hablo por los que tengo cerca y esos vienen siendo los Colombianos) siempre hará alarde de su nacionalidad, portará algún distintivo que lo identifique como nacido en su patria, y siempre, casi sin excepción, cuando se le pregunte sobre su origen no escatimará en detalles para hablar de las bellezas de su lugar de origen. Difícilmente encontrará un Colombiano que viva en el exterior que no porte una bandera, camiseta o poncho, así sea una humilde manilla con la bandera de Colombia.

Y a lo largo de nuestra existencia los medios, y nuestros gobernantes se han empeñado en cultivar un sentido de pertenencia muy particular. Ignoro sus propósitos, pero por alguna razón nos metieron ese cuento de que nuestro himno es el segundo mejor de Latinoamérica. Crecí oyendo esa historia, y fue algo que me hizo sentir orgulloso del tándem Sindici-Núñez por siempre. Al crecer un poco y ver más allá de mis narices me vine a enterar que el de Perú también es el segundo mejor de Latioamérica. Y el De república Dominicana. Y el de Chile. Y el De México!!. Por Dios, que particular empate. En algo coinciden todos: el mejor del mundo es el de Francia. Y en otro punto más hay coherencia: nadie sabe quien organizó el concurso de “mejores himnos del mundo”, ni quien fue el jurado, ni por qué tantos segundos lugares.

Pero que particular coincidencia, también crecí creyendo que el agua de Bogotá era la segunda mejor agua de Latinoamérica. Al igual que con los himnos, con el tiempo supe que comparte el puesto con Medellín, Ciudad de México y seguro que muchas más ciudades de Latinoamérica, y que tampoco nadie sabe ni que ciudad ganó, ni donde queda la organización latinoamericana de la medición de la calidad del agua de las ciudades. Eso si, irónicamente los latinos somos tan evidentes en nuestro subdesarrollo mental que quedamos de segundos hasta en ránkings que sospecho inventamos nosotros mismos.

Volviendo a lo que hace sentir orgulloso a uno de nosotros de ser de por acá, cuando no hablamos del segundo mejor himno o agua … recurrimos a los dos oceanos, los pisos climáticos, tres virreinas universales consecutivas (así los demás planetas no participen, y de nuevo: siempre segundos), shakira, juanes Montoya, el pibe, botero y garcía márquez. No falta el despistado que orgullosamente se ufana de su malicia indígena (¿como es posible que alguien se sienta orgulloso de ser tramposo, mañoso y deshonesto?), o de la “picardía y echadez pa’lante”. (que son como primos de la mal llamada malicia indígena).

En mi caso personal Yo diría que me siento orgulloso de ser de acá (de Bogotá y de Colombia) porque me ha dado todo lo que tengo: familia, educación, trabajo y vivo razonablemente feliz. Más que orgullo es sentido de pertenencia y agradecimiento: lealtad tal vez.

Uno por alguna razón tiende a comparar las cosas de su ciudad con las de los demás en cuestiones de cultura, de civismo, de infraestructura, hasta en cuestiones de funcionamiento de las empresas o de los equipos de fútbol. Son, como decía, elementos que hacen sentir pertenencia o identidad con la ciudad que nos vio crecer. En ocasiones me he referido a sarcásticamente a una de las ciudades principales con el mote de “la ciudad de las maravillas”: la ciudad donde el arcoiris viene con surround y en technicolor, donde por la tarde llueven morrocotas de oro, donde cae del cielo agua bendita, donde todo es perfecto, la ciudad donde todo fue inventado, la ciudad donde nunca, nunca pasa nada malo.”. Y es que en ciertas regiones ese sentimiento de pertenencia se vuelve radical y casi enfermizo. Y ciego. Pero bueno, es identidad al fin y al cabo. Ellos aman tanto su ciudad que no ven más allá. Como dicen por ahí: el amor es ciego.

Yo nací, al igual que mis padres y abuelos en Bogotá. De aquí son casi todos mis 26 primos, aquí viven casi todos. Aquí estudié en el colegio que me formó como la persona que soy, junto como mis 28 compañeros, casi como 28 hermanos más. De aquí son mis amigos, que crecieron con las mismas influencias: viendo a Millonarios campeón en el 87, la abeja Maya, el Capitán Centella y Décimo Grado, Don Chinche, Los cuervos y La Mujer del Presidente. Por eso “La pelota de letras” de Andrés López tuvo tanto éxito: porque es como una declaración de nuestra identidad, la de la generación que él llama (acertadamente) de la guayaba. Es una identidad cultural que comparto con los de por acá y que difícilmente podría compartir en otras partes.

En sus universidades (si, pasé por tres) me formaron como el Ingeniero que soy. En la organización internacional de estudiantes AIESEC me abrieron los ojos al mundo, conocí mi país y varias decenas más. Aprendí a valorar la belleza de la mujer de mi país, aprendí que la vida que llevamos acá es sencilla pero mucho más feliz que las que llevan otros. Aprendí a ser un emprendedor, a crear mi propia empresa de la cual hoy soy su gerente. Aprendí a querer a mi país y a conocerlo mejor, porque para mostrárselo a los demás, o sacarlos de la ignorancia debes saber de su historia pasada y reciente. De su geografía y política. De su cultura y de su gente. Aprendí a ver sus defectos, y a comportarme como un ciudadano de verdad. En pocas palabras: el conocer otras culturas y otras ciudades me hizo valorar lo que tengo y a quererlo aún más. Ayudaron mucho en el proceso tres administraciones distritales consecutivas pensando en la ciudad por encima de todo.

Por eso afirmo con total seguridad que “nací, crecí, y posiblemente me reproduzca y muera en Bogotá” porque aquí podremos tener muchos problemas, miles de cosas por mejorar … pero es la tierra que nos hizo lo que somos y no seríamos menos que unos hijos ingratos y malagradecidos, y encima egoístas, si a la primera oportunidad nos enrumbáramos a otras latitudes. Nuestro país, o nuestra ciudad podrá ser lo que sea, pero aquí nunca, jamás seré un extraño.

Aquí está mi gente, mi familia, mis cosas. Y eso para mi es más importante que un sueño americano (o donde sea).

Patton
https://patton.blogdeldia.com

5 thoughts on “El orgullo patrio”

  1. ademàs de haber visto campeón a millos en el 87, lo debiste ver tambien en el 88 y el título de la merconorte en el 2001… o no??, digo, digo.

    muy bonito…

    =-=-=-Patton responde (13/02/2008 @ 18:04)-=-=-=-=
    Pues si, también 😀

    (¿el del 88 no fue el que suspendieron?)

  2. ademàs de haber visto campeón a millos en el 87, lo debiste ver tambien en el 88 y el título de la merconorte en el 2001… o no??, digo, digo.

    muy bonito…

  3. Que bonito post… y veo que tu si eres un bogotano bien bogotano… pura descendencia de bogotanos…

    =-=-=-Patton responde (13/02/2008 @ 18:06)-=-=-=-=
    pues sí, descendiente de Bogotanos, por la descendencia no garantizo nada, pero probablemente también.

  4. También soy de la generación de la Guayaba, y aunque me identifico con mi país y tiendo a ser igualito a los colombianos descritos al principio, incluyendo en cuento del himno, si comparo a Bogotá con el resto de regiones me siento extranjero cuando me alejo más allá de Tocancipá o Soacha. Para mi Bogotá es tan bien como una gran familia, aunque llena de defectos, probablemente le veo muchas más cosas negativas que el resto, pero familia al fin y al cabo. Excelente artículo, y sobre todo muy auténtico. Ciao.

    =-=-=-Patton responde (02/08/2007 @ 12:45)-=-=-=-=
    Mil gracias.

  5. Me gusta, me gusta. Sin artificios, directo, evocador, y un tris lacrimógeo (yo que soy lloretas)

    =-=-=-Patton responde (13/02/2008 @ 18:08)-=-=-=-=
    jaja, gracias. No sabía lo de su lágrima fácil.

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